lunes, 21 de noviembre de 2011

El secreto de Rosa León

Hace tiempo, un amigo mío me preguntó por los enigmas ocultos en la canción "El brujito de Gulubú" , de la infame Rosa León.

Escuchar esta canción por primera vez,durante mi infancia, me produjo un tremendo shock del que aún no me he recuperado, supongo que como a gran parte de los niños españoles de la época. En un intento de arrojar luz sobre este fenómeno, decidí ponerme a investigar. He aquí el resultado.

Por mucho que nuestra amiga Rosa León se empeñe, el traqueteo al que fueron sometidas las ampollas de la vacunaluna lunalú, por parte del osado Doctor, durante el tiempo que tardo en recorrer la aldea y hasta llegar a los dominios del brujito de Gulubú, sin duda provocó la ruptura de las mismas, con lo que el brujito probablemente nunca llegó a ser vacunado.

Si en vez de usar un potente cuatrimotor se hubiese desplazado hasta el lugar en un barquito de cáscara de nuez ,adornado con velas de papel,los medicamentos habrían llegado en perfecto estado de conservación y otro gallo hubiera cantado.

Por otro lado,investigaciones recientes han documentado el hallazgo de un viejo cuatrimotor ,oxidado y en mal estado, en lo profundo de los bosques de Gulubu, con lo que es un hecho probado que el doctor jamás abandonó la aldea. Actualmente la policía está peinando la zona buscando el cadáver y el brujito se encuentra en prisión preventiva, acusado de asesinato.

En mi modesta opinión, Rosa León está faltando a la verdad, aunque no de forma voluntaria. Si se le hubiese sometido a un análisis toxicológico tras relatar la historia, se habría descubierto que estaba bajo el efecto de algún tipo de estupefaciente o psicotrópico muy potente, con lo que su percepción de la realidad en dicho momento estaba alterada.

Percepción de los efectos del alcohol y otras drogas en el habla y el lenguaje en consumidores habituales en edad adulta

Los efectos descritos en este artículo quedan claramente documentados en las siguientes lineas de su testimonio:

A)Incapacidad para pronunciar palabras completas: "Los chicos eran todos muy bu", "se curaron con la vacú" y "Ha sido el brujito el ú"

B) Extraño y peculiar alargamiento de la letra "r":

"Pero un día llegó el Doctorrrr,manejando un cuatrimotorrrr"

Esto es todo, confío en que os haya sido de ayuda aunque, la verdad, no lo creo.

miércoles, 21 de mayo de 2008

My Creative Evaluation

Aquel día nadie me saludaba por los pasillos y Chipiryflaute, que había estado preparando la gran emboscada interactiva, me lanzó una estocada digital, no por ello menos letal, que supe sortear con cierta elegancia.

Por fin todo cobró sentido: El Gran Jefe al fin se había dignado a recibirme en su despacho, irónicamente mucho menos grande que el despacho del Pequeño Jefe. El Gran Jefe, en una primera aproximación, no parecía mal tipo, simplemente era alguien que había dejado de vivir de su trabajo para vivir sólo de su nombre, y lo último que deseaba era que alguien como yo le complicase la vida.

"La línea de trabajo que has estado siguiendo no llega a satisfacerme plenamente" - comentó, mientras en mi mente sus palabras iban siendo traducidas al lenguaje que todos redactores conocemos a la perfección: "¡No me gustan tus copys de mierda, apestan, cada letra que escribes es un hediondez, son como...como, que no me caes bien, vamos!. Además, ¿donde está tu jodida camiseta de Creative-Man ?, ¿cómo es que aún no tienes un iPhone?.

"Creo que deberías reflexionar seriamente sobre la relevancia de tu papel en mi Creative Project", seguí traduciendo: "¿Por qué no te marchas de una puta vez de esta empresa, sin pedir nada a cambio, y me dejas cagar tranquilo?"

"Además, no acabas de encajar con Chipiryflaute y Flautechipiry, mis hombres de confianza, y eso supone un obstaculo insalvable en la progresión natural de tu rol en mi Creative Project". Una vez más se obró el milagro linqüistico: "Además, me he traido a dos tíos que se lo llevan muerto y o les hueles los pedos y sonries, o lo llevas claro, chaval!"

Estas y otras lindezas similares, siguió escupiendo durante algunos minutos más. Aunque lo que más me dolió fue que el Gran Jefe, no parecía estar hablando por si mismo. Es cierto que abría y cerraba la boca mientras sus cuerdas vocales vibraban casi en armonía con el Nirvana del Creative Paradise, pero aquellas palabras habían sido dictadas desde algún extraño, aunque enteramente digital, lugar por el inalcanzable Mega Jefe que está en los Cielos y que come de todo.

martes, 30 de enero de 2007

Vela

Juan Vela vela
junto a la vela
con su novela.

María Vela
no vela junto a Juan
ni se desvela.

Véla, véla, la novela
que lee Juan Vela.

miércoles, 24 de enero de 2007

EL ÚLTIMO ROCK N’ ROLL

Canto esta canción
Porque estoy harto de escuchar
En otras canciones
Del gran Rock n’ Roll hablar

Dicen que escucharlo
Te libra de todo mal
Dicen que bailarlo
Te da la felicidad

“Baila el Rock, el Rock, el Rock n’ Roll
Baila el Rock, el Rock, el Rock n’ Roll”

Yo tengo un amigo
privado de libertad
es alguien que ama el Rock n’ Roll
Y lo ama de verdad

Ha sido condenado
A la pena capital
Su tiempo se acaba
Y le van a ejecutar.

Y yo le digo “Baila el Rock, el Rock, el Rock n’ Roll
Baila el Rock, el Rock, el Rock n’ Roll.
Aprovecha el tiempo que te queda y ponte a bailar
Porque en la tumba, amigo, hacerlo ya no podrás.”

Cuando mi amigo vea a la Muerte llegar
Ella vendrá tocando el Rock n’ roll final
Un Rock n’ roll , sin duda, que tendrá que bailar:
El Rock n’ roll siniestro de su propio funeral.

miércoles, 10 de enero de 2007

¡Ay, si Dios me llevara...!

Mirad al abuelo Creso, a sus noventa y nueve años, más que un humano, parece un insecto puesto a secar al sol. Reparad en su extrema delgadez y en su aspecto mortecino, aunque, no os engañéis, sólo son la falsa apariencia de un final inminente. Si pudierais mirar dentro de su cuerpo, descubriríais que todos sus órganos internos, e incluso alguno externo, funcionan perfectamente, puede que hasta mejor que los vuestros, de ahí su inusitada longevidad. El abuelo Creso lleva tantos años sintiéndose un mero objeto que su moral está a la altura de las ruedas de su silla, ya sabéis que no pasa un solo día en el que no os aburra con la misma cantinela: “¡Ay , pero si yo ya no hago falta en esta vida, ay, si Dios me llevara...!” a lo que, soléis responder con una falsa y malsana compasión, anhelando la llegada de ese momento: “No digas eso, abuelo, si estás hecho un chaval, todavía te queda mucho por vivir”.
Hoy es el día de su cumpleaños número cien y vuestro abuelo ha pensado que la mejor manera de celebrarlo es regalándoos un viaje inolvidable a toda la familia. Le habéis estado cuidando durante tanto tiempo de forma tan desinteresada, que no ha dudado en dar un buen pellizco a sus más que copiosos ahorros para enviaros en un tour de ensueño por los dominios del Tío Sam. Todo os va ir de maravilla , salvo al regresar, cuando, resistiéndome al anhelo del abuelo Creso, decida llevarme a todos los pasajeros del avión en el que también viajareis toda la familia. Y no contento con esta jugada maestra, contemplareis atónitos, desde un lugar incierto, como concedo a Creso veinte años más de vida. Y es que, cuando Yo me llevo algo, me llevo lo que me da la gana.

jueves, 7 de diciembre de 2006

Pastel de carne tierna

Erase una vez una casa en el bosque
los niños iban allí a tomar golosinas,
la bruja maligna estaba de vacaciones,
asistiendo a un Simposium de Hechicerías.

Estaban en la casa hasta caer la noche,
a Mefisto el gato le hacían perrerías,
jugaban escondiéndose por todos los rincones,
seguros de que ella en regresar tardaría.

La bruja retornó con el alba del día,
encontró la puerta abierta y su escoba partida,
el gato reventado,la casa saqueada,
y de las golosinas no había quedado nada.

La bruja intuyó entonces lo que había sucedido
y comenzó a buscar,con calma,en su bolsillo.

Sacó un vara larga de madera de chopo
y apretando los dientes y guiñando un ojo,
gesticuló en el aire con la susodicha vara
susurrando muy bajo unas palabras muy raras.

Mientras esto ocurría, en la ciudad cercana
los niños se elevaban,dormidos,de sus camas
Sus cuerpos hechizados salían por las ventanas,
directos hacia el bosque,flotando en la mañana.

Todas las golosinas de la bruja malvada
con un ungüento mágico habían sido rociadas
y por arte del ungüento ahora los transportaba
con su poder nefasto,de nuevo,hacia su casa.

Sintiose satisfecha y se regocijaba
viendo a los angelitos que durmiendo llegaban
y mientras la receta en su mente se gestaba:
Pastel de carne tierna comería esa mañana.

lunes, 4 de diciembre de 2006

El osito Pelusón

Era el día que todos esperábamos ansiosamente con ilusión , cuando lustros ha, éramos tan pequeños que la estrella de Oriente en la copa del árbol de navidad, nos miraba con desprecio. Era el día de los regalos y Verónica, con tan sólo seis navidades, correteaba por el salón rodeada de ingenios mecánicos, a cual más complicado y retorcido y cuyo único propósito era hechizar a los más pequeños. Pero ninguno de ellos, con sus festivales de luces de colores y sonidos exasperantes, logró atraer tanto la atención de Verónica como aquel osito regordete que, apoyado, en el rincón más recóndito de la estancia parecía pedir silenciosamente el amor más incondicional. La niña corrió hacia él, la expresión de inocencia y simpatía de su cara, su boca en forma de media sandía y sus ojazos redondos, que eran como espejos en los que se reflejaba la propia alma, la cautivaron enseguida. Verónica lo tomó en sus brazos y lo abrazó con fuerza, el oso habló: “Hola, soy Pelusón, ¿quieres ser mi amiga?”, la niña asintió y lo abrazó con más fuerza aún. “Hola soy Pelusón,¿quieres jugar conmigo?”, respondió el peluche ante la apasionada muestra de cariño de su nueva amiga. Verónica lo miró fijamente devolviéndole la sonrisa y lo volvió abrazar de nuevo, la respuesta esta vez fue: “Hola, soy Pelusón, ¿quieres que te coma el coño?”. La niña lo miró con expresión de incredulidad, la pobrecilla, tan corta de edad como de estatura, parecía no entender la enigmática propuesta de su nuevo compañero de juegos. Así que lo volvió a apretar de nuevo contra su cuerpecito, sólo para obtener otro “Hola, soy Pelusón, ¿quieres que te coma el coño?”. La niña desconcertada corrió a buscar a su madre, a la que comentó que no entendía lo que su nuevo amiguito, el osito Pelusón, trataba de decirle. Cuando mamá escuchó horrorizada y con el rostro desencajado, lo que el entrañable Pelusón estaba proponiendo a la pequeña Vero, agarró al osito por las orejas, con una mano, y por los patas con la otra y separó literalmente la cabeza del cuerpo,con una violencia tremebunda, dejando caer ambas partes al suelo. Acto seguido comenzó a patearlas, como poseída por algún ente desconocido, en lo que parecía ser una danza ritual frenética. Huelga decir que, a estas alturas, Verónica había roto en un brutal llanto al ser testigo de primera mano de cómo su madre masacraba a su nuevo amigo. El tierno osito Pelusón ya era historia.

Puede que la culpa fuera de algún empleado vengativo al que habían despedido de la cadena de montaje de osos Pelusones o sólo Dios sabe de quién, pero lo cierto es que para Verónica, aquel día, sólo hubo una culpable: la asesina de osos, su madre.